domingo, 7 de noviembre de 2010

URBAN VIOLENCE AND INSECURITY; AND INTRODUCTORY ROADMAP/ CAROLINE O.N. MOSER

Caroline O. N. Moser es una antropóloga urbana, que reconoce la creciente violencia e inseguridad como un problema crítico en las zonas urbanas. En este artículo la autora nos proporciona cuatro objetivos interrelacionados para realizar un estudio acerca de la violencia urbana.

El primer objetivo es definir y categorizar las múltiples formas de violencia urbana, aquí entendemos por violencia al uso intencional de fuerza física o poder en contra de alguna persona, grupo o comunidad, teniendo como resultados, heridos, muertes, daños psicológicos o trastornos en su desarrollo.

Las principales categorías de violencia urbana identificadas son la política, institucional, la económica y la social y cada una de estas es usada para obtener o mantener el poder. En este caso tenemos que la mayor parte de la violencia social está basada en relación al empoderamiento del género y la construcción de la masculinidad, en donde esta violencia de género se presenta en la pareja y el abuso a menores dentro del hogar. Se incluye también la violencia hacia las etnias o de tipo territorial ligada a las pandillas.

La violencia económica se ve asociada al crimen en las calles; asalto, robo y la violencia ligada a las drogas y el secuestro. La violencia institucional, es la cometida por las instituciones de gobierno, especialmente la policía y los sistemas judiciales y otras instituciones informales incluyendo el sector privado. Y sobre la violencia política incluye a las guerrillas y grupos paramilitares, conflictos o asesinatos políticos, y está ligada también a conflictos bélicos.

Aunque por otra parte la violencia  no es siempre concebida como un acto físico sino que también puede ser un proceso incrustado en amplias estructuras sociales, en forma de explotación, exclusión, desigualdades e injusticia.

El segundo objetivo a estudiar es sobre las tendencias y medición de la violencia urbana. Entendemos que el crimen y la violencia no son un problema específico de las áreas urbanas, sino que son especialmente problemáticos en estas zonas. Pues se ha venido normalizando con el día a día, por lo que la violencia criminal y el aumento de pandillas contribuyen al incremento del miedo e inseguridad que caracterizan la vida diaria de los habitantes.

Las diferencias en los niveles de violencia de los vecindarios que componen a las ciudades se basan en los niveles de ingreso. Por lo que los niveles de violencia severa se concentran generalmente en zonas de bajos ingresos.

La medición de la violencia se ve restringida por distintas limitaciones, aun que las estadísticas de tasas de mortalidad pueden ser usadas para hacer mediciones aproximadas de los niveles de violencia, aunque las metodologías cuantitativas han fallado en su propósito de capturar como las múltiples formas de violencia afectan la vida urbana.

El tercer objetivo trata sobre la identificación de causas interrelacionadas, y los costos y consecuencias de la violencia. Tenemos las causas estructurales que se relacionan con la desigualdad de las relaciones de poder y por otra parte los factores de riesgo que se refieren a las circunstancias que pueden exacerbar la violencia.

De los costos que trae consigo la violencia podemos clasificarlos en cinco tipos; físicos, financieros, humanos, sociales y naturales. Los costos humanos están asociados con la reducción de la esperanza de vida la reducción de oportunidades educativas y la productividad en el lugar de trabajo, trayendo como consecuencias inseguridad y miedo. Reduciendo así el contacto entre los miembros de la comunidad, el incremento de la desconfianza y la erosión de la violencia urbana. Por tanto el espacio urbano está siendo reorganizado a través de la privatización de la seguridad, debido a los exacerbados niveles de violencia y segundo por la falta de confianza en las capacidades del Estado para proveer  de seguridad a los habitantes.

Y el último objetivo se refiere a los tipos de intervención que se han llevado a cabo para reducir los niveles de violencia urbana concentrándose en los pobres. Primero por parte de las instituciones del Estado se busca el control y prevención del crimen y violencia y la resolución de algunos problemas relacionados con el sistema judicial. Han también aparecido nuevas formas de organización social, algunos han optado por la privatización de la seguridad. Por otra parte se ha dado una especial importancia en la consulta a las comunidades locales para el diseño de soluciones apropiadas.

Finalmente podemos concluir que en las ciudades alrededor del mundo la violencia ha venido normalizándose dominando la vida de las poblaciones locales, y este estado de violencia constante, perpetua el miedo a “el otro”, contribuyendo a la fragmentación de las ciudades, social, económica y políticamente.




 

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